¿Te preocupa la caída del pelo de tu gato? Es importante detectar cuando esto se debe a la muda, algo natural y normal, o cuando nos está avisando de un problema de salud o de estrés.
La muda de pelo en el gato
Cuando cambian las horas de sol y la temperatura, en otoño y primavera, los gatos suelen cambiar su pelaje aumentando la caída. Esto se ha visto modificado en algunos gatos caseros ya que la temperatura en los hogares suele mantenerse más o menos cálida durante todo el año gracias a la calefación.
Durante las temporadas de muda es importante cuidar especialmente la higiene de nuestro gato con cepillados diarios para evitar las bolas de pelo. Los tricobezoares, que es como se llaman, pueden ser muy peligrosos y no deben tomarse como algo normal.
También podemos ayudarles a eliminar el pelo ingerido al lamerse aumentando un poco la fibra de su dieta y dejando a su disposición hierba para gatos.
Aunque la caía de pelo sea algo normal, lo es hasta cierto nivel. Si te parece que tu gato pierde demasiado pelo no cuesta nada hacer una visita al veterinario o una consulta para comprobar que todo está bien.
La alopecia en gatos
La alopecia es la caída anormal del cabello. Cómo su propia descripción indica, no hablamos de la caída habitual por la muda si no que en este caso nos encontramos ante un problema que habrá que atender lo antes posible.
¿Qué puede provocar la alopecia en gatos?
La caída del pelo del gato de forma anormal puede tener varias causas y será esencial detectar el problema para buscar una solución eficaz:
- Hongos
- Ácaros
- Parásitos
- Bacterias
- Foliculitis
- Alteración hormonal
- Enfermedades hereditarias
- Alergias
- Dolor crónico
- Estrés
Algunas de ellas son causa directa de la caída del pelo, como la aparición de hongos o el hipotiroidismo, pero en la mayoría es el lamido excesivo del gato en las zonas molestas lo que hace que pierda el pelo en las mismas.
El exceso de lamido
Cuando nuestro gato se acicala, va eliminando suciedad pero también arrastra parte del pelo. En el acicalamiento normal simplemente va eliminado el pelo que se cae pero, si se lame en exceso, comienza a retirar también pelo sano pudiendo llegar a dejar calvas e irritaciones en la piel.
Este lamido, en ocasiones, está provocado por picor en la piel debido alergias o la presencia de ácaros, parásitos o bacterias. Otras veces, lo que siente nuestro gato es dolor en la zona y para intentar aliviarlo se lame continuamente.
Sin embargo, si nuestro veterinario ha descartado todas las causas físicas, hay que pensar en un lamido por estrés.
El estrés como causa de la pérdida de pelo
Cuando un gato se siente molesto por algo suele demostrarlo a través de su comportamiento, a veces de formas muy sutiles. Una de ellas son las estereotipias o comportamientos repetitivos, entre las que se encuentra el lamido excesivo.
El gato que está nervioso comienza a lamer de forma compulsiva algunas zonas del cuerpo, como suelen ser las patas y la barriga, llegando a dejarse calvas e incluso a hacerse heridas en la piel.
Si tenemos claro después de pasar por el veterinario que la causa es el estrés, debemos analizar a fondo qué es lo que le está provocando ese malestar: mudanza, cambios en los horarios, en el mobiliario de casa, la llegada de un bebé o de otro animal al hogar…
Para poner solución al problema, además de tratamiento para la piel si hubiese llegado a lastimarse, debemos analizar todo el enriquecimiento ambiental de casa, las rutinas, nuestro comportamiento hacia el gato y ver como podemos mejorar todo ello.
Podemos ayudarnos también de feromonas felinas, que mandan un mensaje de calma, y nutraceúticos, que ayuden con ese trabajo. Si no sabemos por donde empezar, lo ideal es consultar con un etólogo (experto en comportamiento felino) que nos eche una mano.
El caso de Zelda
Zelda es una gata muy especial. Además de tener alergias alimentarias que en ocasiones le han provocado dermatitis, está diagnosticada de artrosis desde los dos años. Esa artrosis le llegó a generar una leve alopecia en la zona de las caderas por molestias, pero con tratamiento de fisioterapia y medicación está controlado.
En julio detectamos una leve alopecia en la pata delantera, en un lugar que tras revisarlo el veterinario parecía sano. En principio lo tomamos como estrés por los cambios de horario y vacaciones de verano pero continuamos vigilándolo.
Tras el paso de las semanas en lugar de mejorar descubrimos también la eliminación de pelo en las patas traseras pero, en su caso, no es por lamido excesivo si no por pequeños mordisquitos que hacen que vaya arrancándose el pelo.
Tras valorarla su veterinario y fisioterapeuta, hemos comenzado con un tratamiento para eliminar un posible dolor neuropático en las patas. De momento parece que está dando resultado, pero llevamos solo un par de semanas. Os actualizaré cuando tengamos resultados definitivos.
¿Tu gato ha llegado a dejarse algunas zonas sin pelo? ¿Cómo lo solucionaste? Cuéntame tu experiencia