El verdadero animalista no pide plata en redes sociales
En los últimos años, con el auge de las redes sociales y plataformas digitales, ha nacido una oscura y lamentable realidad: la mafia animal. Esta no tiene nada que ver con el verdadero amor por los animales, ni con el trabajo transparente y solidario de quienes, desde el corazón y con esfuerzo, luchan por el bienestar animal. No. Esta es una red de personas sin escrúpulos que han encontrado en el dolor y el sufrimiento de los animales una excusa para lucrar.
¿Qué es la mafia animal?
La mafia animal está compuesta por falsos animalistas, personas que se disfrazan de defensores de los animales, pero que en realidad usan sus historias, sus imágenes y su dolor para pedir dinero en redes sociales, muchas veces de forma constante, invasiva y sin ningún tipo de justificación real ni respaldo documental.
Estas personas publican su cuenta RUT, cuentas bancarias personales, links de pago, códigos QR o cuentas de PayPal, supuestamente “para ayudar a un perrito u otro animal” o “para pagar una urgencia veterinaria”. Pero la verdad es que detrás de ese pedido no hay transparencia, ni seguimiento del caso, ni rendición de cuentas, ni evidencia médica o legal que justifique las donaciones.
¿Cómo operan?
Estas redes se comunican entre ellas. Se comparten y se difunden mutuamente las cuentas bancarias, creando una cadena de difusión para captar la mayor cantidad de dinero posible. Esto no es caridad: es un negocio. Y uno muy lucrativo. La mafia animal no informa cuánto dinero ha recibido ni cómo ha sido utilizado. No entregan boletas, certificados veterinarios, facturas ni documentos firmados por profesionales que respalden sus publicaciones.
No muestran la adopción del animal, no entregan pruebas de rehabilitación, y no rinden cuentas. Lo único que hacen es repetir la misma estrategia: usar imágenes fuertes, pedir dinero, victimizarse, bloquear a quienes preguntan, y desaparecer hasta el próximo caso.
¿Quiénes los respaldan?
Lamentablemente, la mafia animal no trabaja sola. Tiene lo que podríamos llamar “soldados”, que son personas que hacen lo mismo a menor escala o simplemente defienden y validan públicamente a los grandes recaudadores, porque tienen intereses económicos personales. Estas personas también deben ser condenadas, porque forman parte del mismo mecanismo de engaño.
Todo aquel que comparte una cuenta bancaria personal para “ayudar a un animal” y no presenta ningún tipo de evidencia, ni justificación profesional ni transparencia financiera, está participando activamente en esta red de estafa emocional.
¿Dónde quedó el verdadero animalismo?
Antes del boom digital, el verdadero animalismo se vivía en la calle, en la acción directa y la solidaridad real. Los rescatistas de corazón ponían de su propio bolsillo, gestionaban con veterinarias, hacían rifas presenciales, y rendían cuentas frente a sus comunidades. Se actuaba con respeto, con entrega y sin buscar protagonismo. En la actualidad el animalista real, usa madrinas, padrinos, grupos de WhatsApp, realiza ventas de garaje, bingos, comunidad de contactos, vecinos, familiares, etc, etc.
Hoy, muchas personas creen que subir una foto desgarradora junto a un número de cuenta es “ayudar”. Pero no lo es. Eso es manipulación emocional. Eso es mendigar dinero a costa del sufrimiento de un ser inocente, sin garantizar nada a cambio. Eso es robarle a la gente solidaria que de buena fe quiere ayudar, pero termina financiando una estafa encubierta.
Señales para identificar a la mafia animal:
- Publican su cuenta RUT, QR, PayPal u otras cuentas personales para pedir dinero.
- No muestran certificados veterinarios, timbrados, firmados ni con fecha.
- No rinden cuenta de cuánto dinero recibieron ni cómo lo usaron.
- No presentan boletas ni gastos asociados al caso del animal.
- No muestran el seguimiento del animal: su adopción, recuperación o tratamiento.
- Si los cuestionas, te bloquean o te agreden en redes sociales.
- Se respaldan entre ellos y comparten las mismas cuentas para ampliar su red.
¡No te dejes engañar!
Si ves que una persona está subiendo su cuenta personal a redes sociales para pedir plata sin ninguna evidencia profesional, estás frente a un miembro de la mafia animal. Y si ves que alguien comparte o difunde esa cuenta, también está participando del mismo acto delictual.
El verdadero animalista no pide plata en redes sociales. El verdadero animalista actúa con amor, con ética, con pruebas, con gestión comunitaria y, sobre todo, con respeto por las personas que confían y colaboran.
Llamado a la comunidad
Desde AYUPEC.ORG, hacemos un llamado a toda la comunidad animalista, a la ciudadanía responsable y a las personas que quieren verdaderamente ayudar a los animales: no caigan en esta red de delincuencia.
Si detectan a alguien subiendo cuentas bancarias personales, QR o PayPal para pedir dinero sin respaldo veterinario o legal, escríbannos de inmediato al siguiente correo: defensadenaimales2015@gmail.com
📩 denuncias@ayupec.org https://ayupec.org/denuncias/
Aquí recopilamos casos, los investigamos y los denunciamos públicamente. Porque la protección animal no puede seguir siendo manoseada por quienes hacen de esto un negocio sucio. Ya es hora de levantar la voz y desenmascarar a estos delincuentes disfrazados de animalistas.
Los animales no necesitan farsantes, necesitan gente con corazón y transparencia.